martes, 3 de enero de 2017

Y que René y Adonis se van al cine

Sobre la importancia del cine en su obra, Luis Zapata ha expresado (ver aquí):

“Casi todos los textos escritos durante mi adolescencia eran concebidos como guiones cinematográficos, aunque sin indicaciones técnicas (...) Quizá se trate de una deformación pero en muchas ocasiones he resuelto pasajes de alguna novela o cuento concibiéndolos de manera cinematográfica. Así, el cine me ha permitido en algunos momentos superar ciertos escollos estructurales, visualizar atmósferas, centrar en un campo de visión las acciones de mis personajes, imprimir cierto ritmo a algunas escenas. Para bien o para mal, el cine ha sido decisivo en mi formación como escritor.”

A pesar de lo anterior, en El vampiro de la colonia Roma son pocas las alusiones al séptimo arte; tal vez porque Adonis García, su protagonista, descubre que es posible ir al cine a hacer algo más que ver películas.

Veamos a continuación una de sus experiencias al ir al cine.

rené iba a ser algo bien importante en mi vida****definitivo****si tú quieres****porque por él entré al talón**y luego luego me di cuenta de que le caí bien****le gusté****se desparramaba en atenciones aunque estuviéramos delante de mi hermano****para esto***no sé si él ya sabía****mi hermano****qué onda conmigo****a lo mejor sí se las mascaba***porque se daba cuenta de que a mí también me gustaba rené****o por lo menos le hacía buena cara****y de que a veces me chiveaba****cuando rené me hacía algún cumplido ¿ves?****como preguntarme cómo era posible que no tuviera amante si era un chavo tan guapo****tan bueno****que era un adonis***un adonis****imagínate*****así me decía****y así se me quedó desde entonces*****todo el mundo me decía así*****me llamaba así*******hasta mi hermano ¿ves? hasta él se acostumbró a llamarme así********y el tal rené también estaba muy cuero****muy bueno que estaba****moreno claro*****de pelo chino*****voz de pito y nalgas de pera****aunque era loca******no tanto como la frenchi***pero loca al fin y al cabo****entonces me llevaba regalitos****me llevaba revistas****me llevaba frutas****me llevaba****imagínate****una vez me llevó un disco de un trío****y yo sin tener tocadiscos****sólo que me lo pegara a la oreja ¿verdad?*****para ver si le agarraba algo****y mi hermano así*****haciéndose de la vista gorda*****como si fuera lo más natural del mundo que rené me diera cosas y me la mamara con la mirada*****un día llega rené y me dice****”vamos al cine”****y yo “sí” ¿verdad?*****”sí”****le digo*****porque no tenía otra cosa que hacer****en realidad nunca tenía nada que hacer******y que nos metemos ¡a ver “sor ye ye”!****para que veas hasta dónde llegaba mi inocencia entonces****era una pinche monja que se la pasaba baile y baile y cante y cante con una escoba toda la pinche película****pero**entonces**mientras estábamos viendo “sor ye ye”****rené me agarraba la mano****me la apretaba****y yo***así como si me hubiera dado un toque***la retiraba****me ciscaba mucho porque***bueno***antes todo había sido así como de cotorreo ¿no?****pero ahora sí veía que la cosa iba en serio*****me ciscaba mucho****pero también me atraía****se me antojaba muchísimo acostarme con él porque nunca había tenido relaciones con nadie***nunca había cogido***¿mentiendes?****ya era todo un señor de diecisiete años y seguía siendo virgen****después de la película me invitó a tomar un café***un refresco***que para que platicáramos****que no sé qué******y yo pensando****”a ver a qué horas le va a poner la yombina”***je***no es cierto****pero sí sintiéndome raro porque era la primera vez que alguien****bueno****porque me sentía como si me estuvieran haciendo la corte ¿verdad?****que mira adonis****¿no quieres un pastelito?****que mira adonis****¿tienes cepillo de dientes?****porque ya ves que en ese café****el que está junto al cine regis****también hay farmacia ¿no?****en fin tratando de halagarme****esa vez estuvo haciéndome muchísimas preguntas****de mi vida***de mi pasado presente y futuro****de mis gustos****de todo ¿verdad?****como si deveras le interesara****aunque a lo mejor sí le interesaba ¿no?



"Sor Ye-yé es una película musical del año 1967 coproducida por España y México y protagonizada por Hilda Aguirre, Manuel Gil y Enrique Guzmán. La película, que supuso la consagración internacional en Latinoamérica y España de Hilda Aguirre se realizó en acento mexicano aunque, en España, se doblaron los diálogos al acento castellano salvo las canciones (que se mantuvieron en la versión original mexicana)". Más información aquí.



En la Wikipedia cuentan una circunstacia que causó polémica: "Originalmente se presentó a Hilda Aguirre como la protagonista única del musical y como si fuera ella la intérprete de las canciones. Esto pronto se demostró que no era cierto, ya que la voz en las canciones era interpretada por una entonces desconocida Estela Núñez, a la que inicialmente se le prohibió decir que era ella la cantante e incluso cantar esas canciones en público. Sin embargo, ella poco después saltó a la fama y, posteriormente, Enrique Guzmán reveló en una entrevista que era Estela Núñez la voz musical en la película."



Por otro lado, "El Cine Regis estaba ubicado en Av. Juárez, en una de las construcciones anexas al hotel de mismo nombre, fue inaugurado el 14 de junio de 1924 (...) Con capacidad para alrededor de mil espectadores, funcionó casi al mismo tiempo para temporadas teatrales y exhibiciones cinematográficas. (...) Más adelante cambió su nombre por el de teatro Imperial y posteriormente por el de cine Regis, nombre que conservó hasta 1985, cuando fue destruido por el terremoto del 19 de septiembre." 




                      Foto: Michael Ochs Archives, 1952. Gettyimages.

"Al sucumbir ante los embates del terremoto de 1985 al igual que el inmenso hotel que lo albergaba no sólo se destruyó un legendario inmueble, sino que el terremoto también desapareció los lugares donde se tejieron cientos de historias ligadas al cine mexicano. Actualmente el terreno donde se encontraban el hotel y el cine Regis están ocupados por la Plaza de la Solidaridad." Más información aquí.




3 comentarios:

  1. Creo que no se podría encontrar mejor descripción para la película de Sor Ye-Yé que la que hizo Adonis: "era una pinche monja que se la pasaba baile y baile y cante y cante con una escoba toda la pinche película". Jejeje.

    Para quienes crecimos en la década de los ochentas y que además nuestra respectiva madre nos sentaba frente a la TV para no dar lata, era inevitable ver esas películas sesenteras y setenteras post época de oro en las que se mezclaban las “actuaciones” de rocanroleros y cantantes populares, con héroes de películas rancheras, ex estrellas de esa añorada época de oro y nuevos talentos y diamantes en bruto. Así uno podía encontrarse en ese universo de fantasías con Javier Solís y Sonia López (La Chamaca de Oro) como estudiantes universitarios, a Manolo Muñoz, César Costa y Julissa como pandilleros y hasta a toda una señora como Columba Domínguez haciendo desnudos “artísticos”. Hilarante ver como esos rocanroleros estaban a punto de cometer un asalto a un banco y de repente se les ocurría cantar la Pera Madura. O que metieran a la fuerza un numerito de la Sonora Santanera en cuanta película se produjera. Creo que ni Buñuel alcanzó esos niveles de surrealismo. Pero si creíamos que habíamos visto todo, faltaba que llegaran los noventas y las Caguamas Ninja con el malogrado Pedro Webber y la Chiquitibum o Tijuana Jones con Mario Almada. El cielo es el límite.

    No obstante, sería otra generación de chamacos la que tuviera la fortuna de formarse con ese gran cine.

    Supongo que en uno de los periodos en los que tuvimos la ¿fortuna? de tener televisión, habré visto esa coproducción México-España que mencionas en tu entrada. Cómo olvidar la actuación que consagró a la inmortal Hilda Aguirre. Y lo curioso es que después de la llamada época de oro, a los directores les dio por convertir en actores a cualquier cantante del momento, así pudimos ver en pantalla a grandes leyendas del cine como Angélica María, Blanquita Estrada, Vicente Fernández, Marco Antonio Muñiz, Johnny Laboriel, José José, Juan Gabriel y el galán de Hilda en esta joyita, Enrique Guzmán. Pero, esta vez hicieron un experimento en sentido inverso: a la incipiente actriz la convirtieron en cantante a la fuerza. No sé si alguien previó que la que se convertiría en una exitosa artista por décadas era la mujer oculta detrás de la voz, Estela Núñez y que Hilda Aguirre apenas si tendría alguna que otra intervención digna de mención. En fin, ese fue parte de nuestro cine en esas décadas.

    El Hotel y el Cine Regis fueron emblemáticos de esa avenida Juárez. Cuando se presentan fotos del terremoto del 85, en exposiciones fotográficas, suele aparecer en primer plano ese letrero de la marquesina del Regis.

    Y una anécdota que no deja de ser curiosa que involucra al hotel: resulta que el gran antropólogo y padrino de la Nueva Era, Carlos Castaneda, relata en “El Arte de Ensoñar” que él, Carol Tiggs y nada menos que el mismísimo Don Juan estuvieron en el Hotel Regis. Don Juan es uno de los personajes que, según relatos de los setentas, centenares de jóvenes hippies fueron en su busca tras leer los libros de Castaneda. Sobra decir que las búsquedas fueron infructuosas. Ese personaje archifamoso no nada más estuvo en ese mítico Hotel sino que también en el Samborns de los Azulejos. Y pensar que lo tuvimos tan cerca.

    Ayer que pasé a ver a mi madre, le pregunté si ella había visto Sor Ye-Yé. Me comentó que vio su estreno en uno de esos cines que sólo se conservan en nuestra memoria y en fotos, el Cine Manacar, allá por el rumbo de Tacubaya. Quien iba a decir que esos recintos que fueron el centro de atención de la juventud cincuentera, sesentera, setentera y hasta ochentera, serían reducidos a polvo.

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  2. Muy buenos estos posts recientes sobre la historia de la ciudad de México. Es una pena ver hermosos cines clásicos convertidos en un mercado de baratijas, como le pasó al Cine Teresa.

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  3. Muchas gracias por sus comentarios, seguiré con este tema de la historia de la ciudad de México.

    Cuando era niño, los sábados mi hermana y yo veíamos con mi mamá las películas, que pasaban por televisión, de sus ídolos juveniles: César Costa, Enrique Guzmán y Angelica María, entre otros.

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